La espiritualidad desde un enfoque lúdico
¿Cómo podría ser vivir la espiritualidad de forma natural y sencilla?
Muchas veces he sentido que la espiritualidad se presenta como algo complicado, lleno de términos extraños, rituales interminables, intermediarios e instrucciones solemnes. Sin embargo, mi experiencia ha sido, desde que me acuerdo, una conciencia de algo trascendental en cosas o acciones pequeñas, como una sabiduría que se siente sin saberla, un juego infantil donde me pierdo, rodeada de curiosidad y en plena conexión conmigo y lo que me rodea. Recuerdo maravillarme observando las piedras y el moho en pequeñas posas de agua, sentirme poderosa saltando entre las rocas costeras, o soplando deseos con un diente de león. ¿Te suena a algo conocido?
El juego como puerta espiritual
La espiritualidad se reconoce por la búsqueda de trascendencia, el contacto con el propio ser interior y la capacidad de encontrar sentido y propósito en cada experiencia vital. También implica conectar con algo mayor, ya sea Dios, el universo, la naturaleza o un sentido profundo de unidad, y se vive a través de una experiencia personal y única en cada individuo.
Para mí, el juego es un gesto sutil y sagrado, algo que llevamos dentro. No implica hacer cosas complicadas o pomposas, sino más bien dejar que el deseo fluya espontáneamente, con curiosidad, ligereza y alegría. Un ritual puede ser un juego a ser o hacer o parecer… libre, sin miedo y sin buscar un resultado específico, como la sucesión de bolas de un malabarista, la magia en el fluir, un baile, una ridiculez, un cuento con un sentido inspirado en la belleza de trazar un círculo completo.
A veces me pregunto por qué muchas personas creen que vivir la espiritualidad parece requerir de una actitud rígida, preceptos u órdenes de un superior a un inferior. Una parte de mí se resiste: ¿no estaremos perdiendo la magia de la vida en medio de tanto rigor y protocolo? ¿No será que nos estamos alejando del corazón de la experiencia cuando damos demasiado valor a lo que se nos dice y olvidamos lo que simplemente sentimos como adecuado?
Integrar el juego de manera conciente permite abordar la espiritualidad de manera ecológica, porque jugar nos ayuda a conectar genuinamente con nuestro entorno y nuestro interior, facilitando el descubrimiento de significado y propósito sin artificios ni dogmas. El juego abre espacio para la espontaneidad, la apertura y el cuidado del otro y del entorno, promoviendo una espiritualidad más consciente, respetuosa y viva, alineada con la naturaleza y la autenticidad cotidiana.
La verdad en la sencillez de la conciencia
Hacer preguntas, querer experimentar, rumiar respuestas y seguir indagando por pura curiosidad, eso es lo que hacen los niños, que parecen tan despiertos y ligeros. Agradezco a todas las personas que han tratado de responder a mis preguntas, las que me han escuchado con paciencia, las que me han puesto atención, son esas personas las que aportan a que, entre todos, nos maravillemos de la existencia.
Ya de adulta, una parte importante de mí ha encontrado en la terapia Gestalt y las constelaciones familiares herramientas que acompañan esta visión. La Gestalt invita a estar en el presente, a centrarnos en la experiencia tal como sucede, sin adornos ni prejuicios. Y las constelaciones dan rienda suelta a jugar en el espacio. Para mí, dejar que la conciencia se despliegue en un estado de curiosidad y apertura, transforma cada momento en un espacio sagrado, donde la espiritualidad se vive de forma sencilla, auténtica y sin complicaciones.
Pienso que el juego es sagrado, porque en la maravilla, en la celebración de la vida solo por gusto, existe un significado profundo. El juego es el modo en el que aprendemos de forma natural, igual que los animales… y quien sabe, quizás hasta la plantan juegan, como la enredadera de mi terraza que me invita a interactuar con ella cada vez se estira por allí! El universo está lleno de humor y de sorpresas, y en ese gesto lúdico constante podemos encontrarnos y reencontrarnos con lo más esencial.
Es hora de volver a ver la vida como un juego sagrado, quizá la clave del aprendizaje sea reaprender a repetir, a compartir, a crear y desarmar. Como los niños que repiten sus juegos una y otra vez, con este espacio quiero abrir la posibilidad tanto para mi como para otras que podemos volver a maravillarnos con lo mismo, tratar las mil maneras, inventar nuestro propio camino con los juguetes que nos vayan apareciendo.
Y en todo esto, siempre tengo una sensación más que una respuesta: algo que puede ser mucho, o quizás nada. Pero justo ahí está mi secreto: aceptar que lo más hermoso de la espiritualidad es eso…
Alles ist relativ … Ein Haar in der Suppe ist relativ viel, aber ein Haar auf dem Kopf ist relativ wenig.
¿Jugamos un oraculito?
Poema a Gabriela Constanza
¡Abuela! , me preguntaste,
a lo largo de tu vida
¿ cuál es la pena más grande
de todas las que pasaste?
Te miro, niña querida,
Se me aprieta el corazón :
“No existe tormento peor
que una gran desilusión”.
¿Tu crees en el amor? – me dices –
y lo tengo que admitir,
Si, yo creo…. lo he podido sentir.
El verdadero es escaso, el que nos hace felices
es difícil de encontrar
se le puede cultivar
¡yo lo tengo para dar!
bola de cristal 🙂